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Historia de Mazatlán

  1. Breve Historia de Mazatlán. Parte 1
  2. Breve Historia de Mazatlán. Parte 2
  3. Breve Historia de Mazatlán. Parte 3
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Las Pulmonías

El día 20 de Diciembre de 1965, por primera vez hicieron su aparición en la ciudad unos extraños carritos de características muy peculiares, los que de inmediato atrajeron la atención de la gente. Con el tiempo se sabría que estarían destinadas a convertirse en una nueva modalidad de transporte público, la cual a partir de su introducción y con el transcurso de los años ha quedado tan arraigada su uso y popularidad, que hablar de ellas es señalar algo muy representativo de la ciudad.

Esta es una semblanza del transporte público que a pulso y venciendo muchas adversidades, se ha convertido en un verdadero símbolo de Mazatlán; esta es la leyenda de un vehículo de apariencia y características peculiares que invitan a montarse en ellos, para transportarte a las diferentes zonas de nuestra ciudad.

Esta interesante historia nos remonta al ya lejano año de 1962, fecha en que un hombre visionario que durante toda su vida se había caracterizado por tener un espíritu emprendedor, empezó a retomar una inquietud que ya tenia varios años dándole vuelta en sus pensamientos y que consistía en encontrar algún tipo de transporte popular que viniera a sustituir a las típicas “Arañas”; aquellos carruajes de madera con dos enormes ruedas, jalados por mulas o caballos, las que por muchos años fueron el transporte preferido de nuestros padres.

Eran también los años del acelerado crecimiento y despegue turístico de la ciudad, por lo que esta situación lo impulsaba a buscar un medio de transporte que resultara atractivo para todos los turistas que nos visitaran.

Este personaje creador y promotor incansable de este popular transporte, fue el Sr. Miguel Ramírez Urquijo, mejor conocido como el “Chícharo”, hijo del Sr. Miguel Ramírez y la Sra. Margarita Urquijo. Nació en la ciudad de Mazatlán en el ya lejano 25 de Noviembre de 1919, sus estudios de Primaria, Secundaria y Bachillerato los realizo en este puerto y desde muy joven ante la imposibilidad de seguir estudiando se dedico a diversas actividades comerciales. Esta casado con la Sra. Amparo González de Ramírez, con quien procreo cuatro hijos de nombres María Amparo, Jorge Luis, Ricardo Aurelio, Carlos Arturo y Miguel Ernesto, este ultimo también heredero del sobrenombre “Chícharo”, apodo que tiene la particularidad de heredarse de padres a hijos primogénitos.

En su juventud el Chícharo se destaco por ser muy emprendedor y responsable, con gran apego al trabajo y siendo muy joven empezó como empleado fiscal encargado del cobro que se hacia a los cines y al poco tiempo dejo esta actividad para dedicarse al cobro de los impuestos de los camiones urbanos.

Entre las diferentes actividades a las que se dedico el popular “Chícharo”, destacaron según el mismo nos cuenta todas aquellas que estuvieran enfocadas a vender algo a quien se dejara y es así que durante mucho tiempo fue un habilidoso agente viajero de una importante distribuidora de licores, cuyo propietario fue el Sr. Ernesto Buchard. Su don natural para las ventas lo lleva a incursionar en otras actividades comerciales y es así que además de ser distribuidor de leche y huevo durante un buen tiempo se dedico a la venta de pianos y todo tipo de instrumentos musicales.

La continua búsqueda de independizarse y procurar formar un patrimonio para su familia, lo lleva a incursionar con éxito en el ramo de las panaderías. Durante muchos años no podía faltar en la mesa de las familias Mazatlecas el rico pan del “Chícharo”, el cual se vendía en un expendio que estaba ubicado en la Calle Mariano Escobedo, contra esquina de la calle Cinco de Mayo, lugar al que se le llego a conocer con el nombre comercial de “Panadería El Conchi”. Tan solicitado llega a ser el pan que la familia Ramírez elaboraba, que al poco tiempo se vieron obligados a abrir una sucursal por el rumbo de la Plazuela Zaragoza.

Con el tiempo, su inquietud lo llevo a ser distribuidor de las afamadas motocicletas “Triumph”, teniendo la distinción de ser el primero que comercializo este tipo de transporte en la ciudad y gracias a su reconocido tesón y responsabilidad que siempre demostraba en todo aquello que emprendía, en dos diferentes ocasiones se le confío la responsabilidad de ser Jefe de Aseo y Limpia de la Ciudad, actividad que supo desempeñar muy atinadamente y por la que recibió numerosas felicitaciones de parte de las autoridades Sanitarias.

Retomando nuestra historia sobre el origen de las pulmonías, nos comenta el Sr. Ramírez, que con la idea fija de encontrar un transporte que viniera a sustituir a la popular araña; un día se encontró con unos carritos de tres ruedas que una empresa que se dedicaba a la comercialización y reparación de aires acondicionados tenia a la venta, por considerar que no habían resultado apropiados para el traslado de su material y equipo de trabajo.

Nos cuenta el “Chícharo” que a golpe de primera vista esclamo para sus adentros que este era el vehículo “Sui Generis” que por mucho tiempo había estado buscando. De inmediato los compro y se dio a la tarea de buscar mas carros de este tipo. Así se dedico a recorrer algunas ciudades de la República en busca de estos carritos y después de una afanosa búsqueda, localizo varios carritos en la Ciudad de México, mismos que se encontraban abandonados en un galerón y estaban en muy malas condiciones.

Todos estos vehículos tenían una característica en común que los hacia difíciles de encontrar y es que eran de origen Norteamericano, de la marca “Cushman”, producidos por una fabrica localizada en la ciudad de Lincoln, Nebraska. Además estos triciclos solamente se utilizaban para el transporte de jugadores de Golf o personas discapacitadas y eran bastante caros y por consiguiente su uso en la República estaba muy restringido, ya que además de que se tenían que importar directamente de los Estados Unidos había muy pocos campos de golf o personas que quisieran tener uno de estos carros para su uso.

Sin que le importaran estos obstáculos y ante la imperiosa necesidad de conseguir mas carritos de este tipo, para así estar en la posibilidad de contar con una pequeña flotilla, Don Miguel se traslado a las Ciudades de Los Ángeles, California y Denver, Colorado, para entrevistarse con algún distribuidor de estos carritos. Pero los gerentes de estas negociaciones le sugirieron que fuera directamente a la fabrica en Lincoln, Nebraska. Antes de dirigirse a la Casa Matriz de los carros Cushman, el “Chícharo”, presento a varias instituciones bancarias de la localidad su interesante proyecto, con la idea de conseguir un crédito que le permitiera emprender esta riesgosa pero interesante aventura. No obstante que insistió mucho, su solicitud no encontró eco ya que los banqueros consideraban que a este tipo de transporte, no se le vislumbraba ninguna posibilidad de tener éxito. Este comentario no desanima por ningún momento al Sr. Ramírez, quien haciendo caso omiso del consejo de sus amigos y familiares emprendió el viaje a la lejana ciudad de Lincoln, Nebraska.

Al llegar a las oficinas generales de la compañía pidió entrevistarse con los directivos ante los cuales les presento su proyecto. Un tanto sorprendido el “Chícharo” se percata que estos ejecutivos ven con mucho interés su idea y más impactado quedo, cuando inexplicablemente, le otorgaron un crédito para que importara ocho carritos. Aun hasta nuestros días no se explica como fue que estas personas confiaron en el, aunque todo quizás se debió a la vehemencia con la que expuso su idea.

Después de un tramite largo, lento y engorroso en el que encontró un sinnúmero de obstáculos por parte de las autoridades hacendarías, logra su importación y es así que por fin un buen día de verano arribaron en tren procedente de la frontera los extraños carritos.

Traslado los chasises a una bodega que expresamente había adaptado por la calle Constitución #616 y ahí empezó a visualizar y diseñar un vehículo que fuera sencillo, practico y funcional para el rudo trabajo que iban a desempeñar. Para esta tarea contó con la invaluable asesoría del Sr. Miguel Valadez Lejarza, (Qepd) quien fue responsable de fabricarle una sencilla estructura de fibra de vidrio. Al poco tiempo y después de unos pequeños cambios y ajustes mutuamente sugeridos se pudo ya contar con un prototipo de estos carritos. En principio los chasises de estos carritos no requirieron adaptaciones muy elaboradas. En si su motor de 2 cilindros, con clutch, transmisión de Willis y su cardan y diferencial de automóvil le proporcionaban de una fuerza y resistencia excepcional para un chasis de ese tamaño.

Este logro permitió que el “Chícharo” se abocara a convencer a las autoridades del Estado de la conveniencia de usar a estos carritos como transporte publico popular, para ese fin y aprovechando la disyuntiva de que el Gobernador del Estado, el Lic. Leopoldo Sánchez Celis era su amigo de muchos años, un día que se encontraba este personaje en visita oficial para inaugurar unas obras en la ciudad, a bordo de uno de estos extraños y simpáticos carros se dirigió al Hotel Belmar, sitio en el que se encontraba hospedado el Gobernador, quien al ver a su amigo de juventud trepado en este extraño vehículo, le pregunto de que se trataba y Don Miguel ni tarde ni perezoso le explico que la intención de mostrarle este carrito, era con la intención de solicitarle su apoyo para poder contar con los permisos que le permitieran circular y dar servicio de pasaje.

Sánchez Celis, quien aun no salía de su asombro, le contesto: “Chícharo” esto esta fabuloso, tu termínalos de adaptar y después veremos como le hacemos y termina con esta informal entrevista agregando, para eso somos los amigos. Ya con los 16 carritos listos para circular y poco antes de finalizar su termino constitucional como Gobernador, el Lic. Leopoldo Sánchez Celis, firmo los permisos correspondientes y el día 20 de Diciembre de 1965, las “Pulmonías” salieron del taller principal a recorrer las calles de Mazatlán, con un alegre Don Miguel, al frente tocando un gran acordeón.

Los beneficiarios de las primeras concesiones otorgadas por el Gobierno Estatal, fueron:
• Dr. José Mario González Ramírez. (2)
• Adán González García. (2)
• Ricardo A. González.(2)
• Amparo González García. (2)
• Agustín Gregorie.(2)
• Ernesto Urquijo Monterde.(2)
• Miguel Ramírez González.(2)
• y Enriqueta González García.(2).

Todos ellos como se puede observar guardaban un grado de parentesco directo con el Sr. Miguel Ramírez Urquijo, el popular “Chícharo”.

Fue tal el éxito y la aceptación que tuvieron estos transportes, que a tan solo un año de empezar a transitar, el “Chícharo” decide importar 16 chasises, a los que una vez que les hizo las adaptaciones, los integra al servicio publico de transporte (Claro que para esto contó con el apoyo incondicional del nuevo Gobernador, el Lic. Alfredo Valdés Montoya).

No obstante que esta modalidad de transporte, desde su inicio fue del agrado de los usuarios, en sus inicios encontró bastante oposición, criticas y presiones por parte de los Sindicatos de taxis y permisionarios de autobuses urbanos, los que al resentir una baja pronunciada de sus servicios, emprendieron una campaña de desprestigio en contra de este novedoso servicio de transporte.

Ciertamente, fueron tiempos difíciles, pero el temple de Don Miguel y las buenas relaciones con el nuevo Gobernador, fueron determinantes para que se consolidara esta nueva modalidad de transporte y su crecimiento se diera con mucha fuerza; tan fue así que a los 3 años de estar operando, ya circulaban 100 de estos carritos por toda la ciudad.

El rechazo de los sindicatos de transporte para con estos nuevos vehículos se agudizo, hasta el punto que los choferes de taxis paraban a la gente cuando pretendían abordar a este tipo de triciclos motorizados y en forma por demás apremiante les advertían que eran muy inestables, peligrosos y que por el hecho de estar descubiertas por todos lados, se exponían a contraer una “pulmonía”.

Este llamado de alerta, no evito a que la población usara estos simpáticos carros y si bien al principio se usaron por curiosidad y diversión, después con el tiempo, su tarifa y maniobrabilidad hicieron que su uso se generalizara por toda la ciudad.

Es a partir de estos ataques que el ingenio popular, bautizo a estos carritos con el nombre de “Pulmonías”, nombre que sigue conservando hasta nuestros días.

La aceptación de este tipo de transporte trajo por consecuencia que la empresa del “Chícharo” creciera rápidamente. El numero de carros aumento al doble de las autorizaciones concedidas por el Gobierno del Estado, esta situación se hacia necesaria para estar en posibilidad de otorgar el servicio en todo tiempo y sin interrupción; de tal manera se podía observar que todas las unidades que trabajaban en el turno matutino, al regresar a la base eran despojadas de sus placas de circulación para colocárselas a las unidades del turno vespertino.

El servicio de mantenimiento preventivo y correctivo que recibían las unidades al quedar fuera de servicio era optimo, para tal fin se contaba con una Central de Servicio muy bien montada y con un excelente stock de piezas originales “Cushman”, la que se ubicaba en la esquina de las calles Constitución y Carnaval, en el lugar donde actualmente se encuentra operando la Escuela Municipal de las Artes.

La idea del “Chícharo” Ramírez, soportada con fuertes dosis de ingenio, lo que aunado a su gran visión empresarial, fue responsable de la creación de un transporte publico que indudablemente modifico sustancialmente las preferencias de la población y con el tiempo se arraigo fuertemente en las preferencias de propios y extraños. Es justo reconocer que la participación de este popular personaje fue decisiva, para que se pudiera dar la existencia de un transporte, pintoresco, atractivo, cómodo, maniobrable y económico, que se ha constituido en parte del escenario de nuestra ciudad y patrimonio de muchas familias Mazatlecas.